Durante siglos las personas han utilizado la meditación como una de las formas de conseguir armonía interior. La meditación mejora la concentración, aumenta la autoconciencia, ayuda a combatir el estrés, relaja y da fuerzas para afrontar los problemas, mucha gente que medita consigue incrementar su bienestar físico y mental y algunos han logrado vencer la depresión y algunas adicciones.
La meditación nos ayuda a silenciar el parloteo mental y nos enseña a reconocer y desechar los pensamientos negativos, aportándonos un sentimiento de paz y sosiego.
Estudios clínicos sobre los efectos de la meditación
han demostrado que la relajación, la visualización y la meditación pueden utilizarse para eliminar, de manera holística, el estrés, las tensiones, los miedos y las fobias, refuerzan el sistema inmunitario, combaten infecciones y dolencias crónicas y regulan la presión arterial.
Por ello muchos médicos recomiendan ejercicios de meditación y técnicas de relajación en las dolencias relacionadas con el estrés.
La meditación es mas que una simple relajación ya durante ésta la mente divaga de forma incontrolada, pero en la meditación la mente está alerta y concentrada, tomamos mayor conciencia de todo, experimentando así las cosas tal y como son en realidad.
En la calma de la mente silenciosa, la persona que medita se convierte, primero en un observador, después alcanza un cierto grado de desapego y, al final, percibe un estado de Consciencia Superior.
Hay muchos ejercicios de meditación, de los cuales muchos comparten un mismo principio: empiezan con una frase de relajación y luego centran la atención de la mente en un objeto, imagen o sonido. Cada vez que la mente se extravía, es reconducido de forma delicada pero firme al objeto de atención. Al principio al no estar acostumbrados a meditar es normal que la mente divague con absoluta libertad, pero esto se va superando con la práctica, aunque solo se medite unos minutos, si se practica con regularidad, muy pronto se verán los resultados. Es mejor practicar todos los días aunque sean unos minutos que practicar una hora cada cierto tiempo.
La práctica regular de la meditación es un proceso muy valioso porque nos permite ponernos en contacto con nuestro verdadero Ser.
Conocernos a nosotros mismos constituye la mejor manera de aprender, porque de este modo podemos transformar nuestros miedos y limitaciones en poder y alegría.
La lección más importante que podemos aprender en esta vida es la de amarnos a nosotros mismos y a los demás de una forma incondicional. Este es el conocimiento que nos convierte en seres divinos y es la esencia de la meditación.
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